LONDRES-UK: DOCUMENTAL DE DONALD MACINTYRE RELATA HAZAÑAS DE MAFIOSO Y TRAFICANTE DE ANIMALES


05 de Agosto de 2007
En sorprendente documental, el cineasta Donald MacIntyre relata las 'hazañas' de mafioso británico
Se trata de Dominic Noonan, el hombre que maneja los más bajos fondos de la ciudad de Mánchester (Reino Unido). En su prontuario tiene 40 condenas y de sus 37 años, 22 los ha pasado en la cárcel.
A very british gangster ('Un gangster muy británico'), del cineasta británico, es el retrato de un mafioso de Mánchester, Dominic Noonan, que ha pasado 22 de sus 37 años en prisión.
Tráfico de drogas, secuestros, torturas y asesinatos son las actividades de este padre de familia convertido en homosexual tras su último paso por la cárcel. En la película evoca sus hazañas y amenaza. "¿La sangre no ha corrido ya suficiente?", le pregunta MacIntyre. "Esto no ha hecho más que empezar", responde.
La película recibió el primer premio en el Festival de Cine Policíaco de Cognac (Francia) y fue seleccionada para el Festival de Sundance.
Noonan, un gordo de cabeza rapada y 40 condenas a sus espaldas, es el jefe del clan más poderoso de los barrios bajos de Mánchester, padrino de una dinastía criminal.
MacIntyre, uno de los periodistas de investigación más famosos del Reino Unido, con reportajes sobre trata de blancas, comercio ilícito de armas o tráfico internacional de especies animales en vías de extinción, tardó años en convencer a Noonan. Al final, pudo filmarlo entre los suyos -su familia, su banda, los bares que frecuenta-.
Un gángster elegante
Noonan es un gángster elegante, guarda las formas, usa corbata y le hace el quite a la justicia. Actualmente está en libertad, tras haber sido acusado de matar a un hombre de un salvaje golpe con un bate de béisbol y 32 puñaladas. Padre de dos niños, trata afectuosa y orgullosamente a su familia y sabe el terror que inspira en los demás: "La gente alucina con nosotros, saben bien de lo que somos capaces".
No se ve en la película al gangster durante sus actividades criminales, pero se le escucha presumiendo ante su camarilla de sus actos: "Decapité a su perro, puse su cabeza sobre la mesa, y ese tipo no volvió a aburrirme nunca más".
Explica su 'filosofía': "Jode a los que te quieren joder". La cámara pasea por su feudo y empieza a descubrir algunas cosas. En los barrios pobres de Manchester se le aprecia porque hace 'política social': "Soy yo quien arregla los problemas de la gente", presume. A un padre de familia sin empleo le da unos billetes, organiza fiestas con fuegos artificiales para los más pequeños, frena una pelea que tenía visos de enfrentar a dos familias vecinas. En fin, sustituye a un Estado que solo aparece por esos barrios en la figura de los agentes de policía.
Y se llega a una escena sorprendente: los funerales del hermano de Noonan, muerto tras ser apuñalado por un traficante de droga de medio pelo. Al cortejo fúnebre lo custodia una escolta policial, desfila por las calles de la ciudad como si el muerto fuera una figura insigne, se canta sobre la tumba (My way, de Sinatra) y se le recuerda al asesino la futura venganza: "No perdonamos".
El director vuelve a preguntar: "¿No ha corrido suficiente sangre?". Noonan lo piensa un poco más que al principio, pero responde lo mismo: "Esto no ha hecho más que empezar".
IDAFE MARTÍN PÉREZPARA EL TIEMPODESDE BRUSELAS


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