A la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) , la Republica de Bielorrusia (Belaraus)pudo abrirse timidamente al sistema de democracia libre, sin embargo, el camino no ha sido fácil. El férreo sistema estatal que regía hasta los años 90 no consideraba políticas de respeto por el Medio Ambiente y La Naturaleza, baste citar la tragedia de Chernobyl y sus secuelas hasta el día de hoy.
En los últimos años se han creado en el país diversas organizaciones destinadas a la protección de los animales abandonados o desprotegidos, y como también de aquellos que constituyen la fauna
local.
Lamentablemente falta un marco legislativo y el real interés del estado, los municipios, las empresas y la comunidad toda, a fin de que se pueda avanzar en reales mejoras del Bienestar Animal.
En la Capital. Minsk, ha serios problemas con el refugio de animales, y se cuestiona incluso a los grupos proteccionistas a raíz de que se ha detectado abuso con los albergados.
Entendemos que de un día para otro no se pueden hacer cambios tan fundamentales, cuando hay
problemas de idiosincracia y costumbres arraigadas, que no consideran dar un papel preponderante al respeto por la naturaleza. Pero tampoco la comunidad internacional puede callar situaciones como las que viven las poblaciones de animales abandonados y la vida silvestre en Belaraus.
Es por ello, que las organizaciones internacionales de protección y conservación de animales
deben estar alertas ante la desidia e inoperancia de las autoridades bielorrusas, y a su vez
apoyar en recursos e instrucción a las instituciones locales, a fin de que puedan desempeñar un papel importante en el camino a legislar sobre la protección animal, a la vez, que mejorar su imágen y gestión, que redundará en una mejor percepción de su obra ante la ciudadanía.
Santiago Ferreiro Merino
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