UN GRUPO DE SALVAJES MASACRA A UNA BURRITA EN TORREORGAZ

EXTREMADURA - ESPAÑA















Una docena de jóvenes de 17 años de Torreorgaz mataron a una burra a puñetazos, patadas e insertándole un palo en el recto hasta dejarla reventada por dentro. Ocurrió en la madrugada de ayer, tras celebrar una noche de juerga.





El propietario del animal, Gonzalo Gómez Luengo, recibió la llamada de un vecino a las siete de la mañana alertándole de que su burra se encontraba atada a una soga en la estación de autobús de la localidad, situada justo a la entrada del municipio. Aún estaba viva, pero presentaba síntomas de encontrarse en estado crítico. Tanto, que media hora más tarde la burra murió y tuvo que ser trasladada por los servicios municipales hasta una nave cedida por el ayuntamiento, donde está guardada a la espera de ser retirada hoy por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).

Soledad Gómez, hija del dueño del animal culpa de los hechos a los quintos del pueblo. Su versión coincide con la de la alcaldesa de Torreorgaz, Concepción Polo Polo, y con la de los residentes del pueblo preguntados por EL PERIODICO EXTREMADURA. "Esta noche --por la madrugada del jueves al viernes-- han salido 12 chicos, pero se les ha ido de las manos porque han matado a un animal, que además se da la circunstancia de que está protegido", dice. Las organizaciones protectoras de la naturaleza consideran al burro español un animal protegido porque se encuentra en peligro de extinción.

Según explicó a este diario Soledad Gómez los chicos tuvieron que entrar en su finca a por la burra. Para ello tuvieron que romper el cemento en que se asienta la puerta, toda vez que estaba cerrada con el candado, tal como su padre la había dejado. Luego la levantaron alrededor de un metro. Por ese espacio sacaron el animal.

Los afectados denunciaron a los responsables ante la Guardia Civil, pese a las presiones de los padres de los chicos, que les instaron a no hacerlo. Los agentes no tardaron en ponerse en marcha e incluso sacaron a los jóvenes del colegio para tomarles declaración.

INFORME DEL VETERINARIO De la inspección que llevó a cabo el veterinario se extrae que la burra, que tenía 20 años, "se encontraba reventada por dentro". Soledad Gómez dijo a este diario que presentaba síntomas de haber sido golpeada a puñetazos y patadas. "Incluso le han metido palos por el trasero", precisó. Los efectos de esta acción son perceptible a simple vista, pues el animal tiene el recto reventado. Después, los quintos lo ataron por el cuello con una soga a la parada de autobús, donde fue encontrada por el vecino que llamó al propietario.
Por tradición, los quintos del pueblo salen todas las noches de los jueves desde el mes de octubre hasta el puente de la Constitución, el 6 de diciembre. Cortan una encina y la queman en Nochebuena. También es tradición que durante estas noches de juerga roben gallos en las fincas del pueblo, después los esconden y en Navidad los cocinan para comérselos durante una cena, que supone el final de la actividad para esos quintos. Al año siguiente los relevarán lo que cumplan 17 años.

VERSION DE LOS QUINTOS La versión de seis de los quintos con los que pudo hablar este diario no coincide con la de la dueña del animal y la alcaldesa. Ellos, que no quisieron identificarse, aseguran que se encontraron a la burra sola por las calles del pueblo y que no la maltrataron. "Solo la atamos a una cuerda y la llevamos hasta la parada. No le hicimos nada". Los seis coincidieron en que cuando se la encontraron "ya sangraba por abajo --aludiendo al trasero--" y murió "porque era vieja".

La Regidora de Torreorgaz, quien hoy se reuniría con los padres de los culpables para analizar la situación creada con este suceso, señaló que "todo el pueblo está indignado, excepto los padres de estos niños, que han pedido a toda costa que les sea retirada la denuncia". Admitió sentirse avergonzada: "cualquiera con un poco de sensibilidad sentiría malestar al escuchar esta historia", dijo. Aseguró, además, haberse planteado en más de una ocasión acabar con la tradición de los quintos. "Cada año pasa algo, aunque nunca se ha llegado al extremo de lo que ha ocurrido hoy --por ayer--", explicó Polo.
En Torreorgaz ayer no se hablaba de otra cosa, pero no querían intrusos. De hecho, algunos vecinos intentaron que Soledad Gómez, dueña de la burra, impidiera a este diario hacer fotos. Uno de los miembros del equipo de gobierno municipal, cuyo nombre no quiso dar, compartía esa opinión y prohibió a ese periódico acceder a la nave en la que se encontraba el animal muerto. La alcaldesa lo respaldó: "la burra está en una nave municipal y ahí no tiene por qué entrar ningún medio de comunicación" , concluyó.

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