QUILLOTA - CHILE.
Pesar causó muerte de perro callejero que se convirtió en “carabinero”
A mediados de 2001 la Cuarta Comisaría de Quillota contaba con dos carabineros guías de perros policiales, que realizaban patrullajes por el sector céntrico de la comuna. Por esos días, los policías y sus pastores alemanes comenzaron a ser acompañados por un perro de tres años, enfermo de tiña y desnutrido.
Como el animal no se quiso separar de sus “colegas”, optaron por llevarlo al cuartel para darle tratamiento. El perro recuperó su abundante pelaje, lo que lo hizo merecedor del nombre de “Oso” y de paso se ganó el cariño de todos los funcionarios.
El 2003 se formó la Sección de Presentación, a la que también se integró “Oso”, pasando a ser para la comunidad un perro policía más mostrando sus gracias. También encontró a su compañera policía, “Gaby”, a quien seguía en cada ronda por la ciudad pero con quien nunca concretó su “amor”.
Su presencia era una tradición en Quillota. En la mañana salía a realizar los servicios de tránsito en los colegios, para luego, al mediodía, acompañar a los carabineros que están en el centro. Esto porque reconocía en cada uniformado a su amo.
Pero el miércoles, a los 12 años de edad, comenzó a perder la poca energía que le quedaba. Agonizó toda la noche y murió cerca de las 10 horas junto a la garita interior de la comisaría, ubicada en calles Chacabuco con Pinto.
Esa misma mañana fue despedido por los funcionarios, que lo sepultaron dentro de un ataúd de color blanco soltando más de una lágrima de emoción por despedir a su amigo.
F: El Observador de Quillota
Pesar causó muerte de perro callejero que se convirtió en “carabinero”
A mediados de 2001 la Cuarta Comisaría de Quillota contaba con dos carabineros guías de perros policiales, que realizaban patrullajes por el sector céntrico de la comuna. Por esos días, los policías y sus pastores alemanes comenzaron a ser acompañados por un perro de tres años, enfermo de tiña y desnutrido.
Como el animal no se quiso separar de sus “colegas”, optaron por llevarlo al cuartel para darle tratamiento. El perro recuperó su abundante pelaje, lo que lo hizo merecedor del nombre de “Oso” y de paso se ganó el cariño de todos los funcionarios.
El 2003 se formó la Sección de Presentación, a la que también se integró “Oso”, pasando a ser para la comunidad un perro policía más mostrando sus gracias. También encontró a su compañera policía, “Gaby”, a quien seguía en cada ronda por la ciudad pero con quien nunca concretó su “amor”.
Su presencia era una tradición en Quillota. En la mañana salía a realizar los servicios de tránsito en los colegios, para luego, al mediodía, acompañar a los carabineros que están en el centro. Esto porque reconocía en cada uniformado a su amo.
Pero el miércoles, a los 12 años de edad, comenzó a perder la poca energía que le quedaba. Agonizó toda la noche y murió cerca de las 10 horas junto a la garita interior de la comisaría, ubicada en calles Chacabuco con Pinto.
Esa misma mañana fue despedido por los funcionarios, que lo sepultaron dentro de un ataúd de color blanco soltando más de una lágrima de emoción por despedir a su amigo.
F: El Observador de Quillota
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