CUIDEMOS Y RESPETEMOS A NUESTRAS MASCOTAS

QUILLOTA - CHILE.



Es increíble el amor que nos puede entregar un perro. Tengo uno y diariamente puedo notar en sus actos y en su rostro, lo feliz que se pone cada vez que lo acaricio, devolviendo esa felicidad a cada uno de los integrantes de mi familia.

Ese trato deferente que tenemos hacia ellos, lo pagan con una lealtad perdurable en el tiempo y que no transan por nada del mundo. Por eso me da tanta pena verlos en las calles, abandonados, vagando, recorriendo distintos lugares buscando algo para alimentarse, así como también un poco de afecto. Lo más lamentable es que la mayoría de ellos no nacieron en la calle, en algún momento tuvieron un hogar, pero por inexplicables circunstancias sus dueños decidieron abandonarlos porque ya no podían mantenerlos o simplemente porque ya no querían tenerlos. Justamente son este tipo de conductas las que producen mayor crecimiento en las cifras de perros vagos, y no las crías nacidas en la calle -como piensan muchos-, ya que éstas tienen una escasísima posibilidad de supervivencia.

En La Ligua, así como en otras comunas de la región, ver perros vagando por las calles se ha convertido en una situación común, sólo basta con recorrer el centro de la ciudad para darse cuenta de que lo que digo es cierto. Este triste panorama se repite con mayor crudeza en las zonas altas de la ciudad.

Que los perros estén sueltos en las calles a su suerte, no sólo es una situación que los afecta a ellos, sino que engloba a toda la comunidad, puesto que trae consigo una serie de problemas no sólo de índole sanitario por la eventual proliferación de enfermedades, sino que también constituye un peligro para los transeúntes ya que están expuestos a ser mordidos por algunos de estos canes.

Por eso es imprescindible que las autoridades comunales tomen cartas en el asunto de manera de enfrentar la proliferación de los perros callejeros, organizando operativos de esterilización en los distintos sectores de sus ciudades y, sobretodo, trabajando en la realización de campañas educativas sobre Tenencia Responsable dirigidas a escolares, juntas de vecinos y otras agrupaciones o fuerzas vivas de la ciudad. La idea es educar a las personas para que tomen conciencia de que tener un animal conlleva deberes y obligaciones, y dentro de estas responsabilidades está el amarlos, cuidarlos y brindarles por siempre un hogar donde vivir.

Gabriel Robles Cortés. Periodista / El Observador.cl

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