Tarragona: El Pasaje de Llovera critica que los animales y la gente orinan en la calle

              


Los responsables de las tiendas del pasaje Salvador Seguí i Rubinat, que conecta la calle Llovera con la calle Salvador Espriu, destacan los problemas de suciedad que alberga el túnel.
Perros y personas mean constantemente en el pasaje, y aunque el servicio municipal de limpieza actúa en el centro de la calzada, las paredes y el borde quedan igualmente sucios. «El olor es muy fuerte, y tengo que limpiar yo misma las paredes del almacén», comenta Núria Queralt, del Colmado Giner. «Además, aunque se pongan sustancias para que los animales no meen, por la noche las personas lo siguen haciendo», continúa explicando. «Los perros también se mean en la maceta de delante de nuestra tienda», añade Antonio Pérez, responsable de la tienda de informática La Tarongeta Informàtica. «Hemos pedido que la retiren, pero aún no lo han hecho».
La falta de iluminación también era un problema importante hasta que el consistorio puso solución. El pasaje sólo está abierto al aire libre justo delante de la tienda de informática, y sobretodo en invierno cuando anochece más pronto, quedaba realmente oscuro. Pérez también declara que su localización, aunque ya hace más de tres años que está abierto, no aparece ni en el Sistema de Posicionamiento Global (Gps) ni en Google Maps. «A veces los transportistas nos llaman porque no encuentran el local».


Las tiendas del pasaje
En el interior del pasaje, además de la tienda de informática, hay una peluquería y el almacén del Colmado Giner. En verano también se encuentra la terraza de la heladería La Jijonenca, cuyo local se encuentra en la calle Llovera. Y una perfumería, una inmobiliaria y el Colmado Giner tienen parte de su aparador también en el pasaje.
Desde que se inauguró, hace más de tres años, los responsables de las tiendas que se encuentran en él han percibido un incremento gradual de tránsito de peatones. «Cada vez pasa más gente», explica Antonio Pérez.
«Su apertura nos benefició notablemente», asegura por su lado Núria Queralt. «Aunque hace tiempo que nos encontramos en esta localización, aún había gente que lo desconocía. Gracias al pasaje descubrieron que nos trasladamos aquí», añade. Y aunque cada vez los peatones pasan más por el pasaje, Queralt añade que se tendría que potenciar más su uso. «Se le tendría que dar más vida», comenta. Lo mismo opina Antonio Pérez, que añade que «aún no es un lugar habitual de paso para los peatones».




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