Sin embargo, muchas de las razones para la crueldad contra animales, dice el estudio, como son el “estrés, la depravación, agresión, enfermedad mental, victimización previa y abuso de drogas y alcohol” son también el reflejo de las causas de la violencia interpersonal y “Como resultado, las personas que abusan de los animales pueden estar en riesgo de incurrir en violencia interpersonal, y viceversa”. El estudio aclara que en estos casos la crueldad es contra animales domésticos, especialmente perros y gatos, y no contra animales salvajes.
La violencia contra animales domésticos, prosigue el estudio, también puede deberse a manipuladores que intentan controlar a otras personas a través de amenazar sus mascotas y tratan así de que una pareja no se vaya, o que vuelva en caso de haberse ido.
Nada de lo anterior parecería explicar la clase de violencia que se vio en la corraleja de Turbaco cuando mataron un toro a puñaladas ni tampoco en la de Buenavista, Sucre, en caso de que sea auténtico el video que circula por las redes del asesinato de un caballo de manera parecida.
En ambos casos sería muy probable que hubieran consumido al menos alcohol los participantes en estos actos deplorables y también que sean personas que están acostumbradas a andar juntas en la vida diaria y que tienen algún tipo de vínculo de “gallada”, si no de pandilla, y que usan armas no solo en sus barrios, sino también para ir a un evento que se supone debe ser un espectáculo público, pero que ellos piensan se puede convertir en cualquier otra cosa en cualquier momento, y que necesitan ir armados para afrontar lo que pueda suceder. Es decir, van predispuestos a la violencia.
Más que un comportamiento de sadismo y violencia, estos hechos son un problema serio de salud pública que la sociedad debería afrontar de urgencia.
El Universal.com.co
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