Los perros no necesitan una vista de lince

¿Cómo ve su perro? ¿Alguna vez se lo ha preguntado? La respuesta es que su vista es peor que la suya, pero sólo a simple vista, valga la redundancia. El medio natural de los perros no tiene nada que ver con nuestro entorno doméstico en el que viven como mascotas, su vista es una adaptación a sus necesidades como animal salvaje, como la nuestra lo es a nuestras condiciones de vida. Veamos esas diferencias, cuya comparación puede resultar muy interesante.

Así, los perros pueden ver con una luz mucho más débil, más tenue que los seres humanos. El motivo no es otro que la configuración de la parte central de su retina. Esa zona contiene células sensibles a la luz denominadas bastones que son capaces de distinguir los tonos de los grises con mejor precisión que las personas.

En el caso de los humanos, esas células dominantes no son bastones, sino conos, que se manejan bien en entornos luminosos y con colores contrastados. Otro dato sobre la vista de los perros y en relación a lo anterior: Pueden detectar el movimiento mucho mejor que los seres humanos.

Una nota curiosa, los perros distinguen peor las escenas parpadeantes que las personas. No son buenos viendo la televisión, por ejemplo, una aplicación práctica a esta habilidad natural. Mientras que las personas vemos las escenas televisadas de manera continua, los perros las ven como si fueran cuadros fijos que se van sucediendo unos a otros. En tono de broma, las películas de perros no están hechas para ellos.

Y algo en lo que también ganamos a los perros, su agudeza visual es notablemente inferior porque no enfocan al menos también como nosotros. Si un objeto aparece claro y definido para las personas, para un perro situado a la misma distancia la definición no es igual.



Flickr Creative Commons Loren Sztajer y Tambako the Jaguar

Una persona podría ver con claridad un objeto pequeño situado a veinte metros lo que los perros podrían distinguir con la misma claridad a sólo seis metros. Tienen una relación de agudeza visual con nosotros del orden de 20/75.

Los perros tienen, además, una visión dicromática, esto es, que sólo ven una parte de la gama de colores que forma el espectro de las longitudes de onda que forman la luz. La visión de las personas es tricromática, ven todo el espectro lumínico.

Así, los perros se pierden, o no ven, la gama de colores que va desde el rojo al verde, en cambio, si ven las del amarillo y azul. Los perros verían los colores del rojo al verde como tonos desvaídos que se parecerían poco a los que nosotros identificamos.

Y un argumento para interpretar. Los perros pequeños tienen sus ojos a unos doce o quince centímetros del suelo, los perros algo mayores, a medio metro, quizás.

Esa sería la visión de un niño de quinto de primaria. Un mundo en el que el suelo está más cercano de todo lo que se alza por encima de su estatura y con el inconveniente de que esa vista está orientada al suelo y no hacia arriba, justo en la dirección en la que la evolución a colocado sus sentidos principales, para buscar comida hacia abajo y hacia adelante.

Y como resumen, aunque los perros parezcan tener una visión notablemente inferior a la nuestra, y siguiendo con la misma idea evolutiva, es la que mejor se adapta a sus condiciones naturales, en las que ha nacido, en las que ha crecido y que le servirán para relacionarse, con su mundo y con el nuestro a través de esas capacidades visuales y no otras.

Los perros no necesitan una vista de lince.

F. WebdeHogar.com

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