Sam vivió 8 años encadenado a los rayos del sol, lluvia y frío con una cadena que no media ni el metro, hacia sus eses en el mismo lugar donde dormía, sus músculos estaban atrofiados por falta de movimiento, tenía hongos en la piel por dormir en el piso mojado, costillas rotas porque recibía salvajes golpizas, cáncer de piel por estar expuesto siempre a los rayos del sol.
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